“Vergüenza vallisoletana” “Me avergüenzo de ser su amigo”
El ing. Jacinto Alcocer Castillo cuestiono al gobierno municipal morenista del ING. Enrique Ayora Sosa de quien se retiró como su amigo pero que siente por él una terrible decepción pues de plano no puede con el paquete y está cometiendo un sinfín de irregularidades.
El prestigiado empresario vallisoletano catalogo a su amigo Kike como un chamaco que es manipulado por 2 grandes peces gordos empresarios que financiaron su campaña neopriista morenistas que manejan las arcas públicas a su conveniencia (narco políticos).
Alcocer Castillo no solo realizo criticas también dio propuestas para mejorar la imagen de la ciudad como el desorden y la mala imagen que causan los sitios de motocicletas y bicicletas en pleno centro histórico, sobre la calle 37 a 10 metros del parque principal, sobre la calle 44 anexo al mercado municipal de artesanías y sobre la calle 41 por 42cerca de la tesorería y a unos pasos del palacio municipal donde reina una anarquía total y obstaculizan el paso de los peatones que tienen que transitar en plena calle con el peligro de ser arrollados, todos pueden ser reubicados en estacionamientos privados previo convenio con sus propietarios.
Un tanto decepcionado porque su amigo Kike le fallo como alcalde el empresario señalo que siendo Valladolid la segunda ciudad capital y pueblo mágico corre el peligro de perder ese título por las pendejadas del alcalde.
Lo que urge ahora es que se ponga las pilas Kike y mande reparar las vías de la entrada de la ciudad.
«La entrada por Mérida, la otra de Cancún, la de Tizimin y la de Carrillo Puerto; me duele y me da coraje a la vez porque no está trabajando bien y yo y mi gente todos votamos por el pues su tío y amigo Jacinto Sosa Novelo y su mama la Profra. María Teresa Sosa Novelo me pidieron apoyo en su campaña, ganó, pero este chamaco no sabe nada lo están utilizando para los nefastos fines de unos cuantos» sentenció el ingeniero Jacinto Alcocer Castillo amigo del inquilino de palacio mejor conocido como “el nene consentido”.
Jorge Bojorquez
