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Viernes Cultural «…sueños son»

Viernes Cultural

“… sueños son”

La Columna Viernes Cultural llora desconsoladamente y arruina su vestido de flamenca, de maja vestida, con su mantón de manila, peineta, mantilla, y corsé de por medio, y no deja de llorar.

Así la encuentra El Transcriptor, en el aeropuerto meridano, a un lado de la escultura de Manuel Crescencio Rejón, llorando y gritando; asustado le pregunta ¿Qué te pasa? ¿Enloqueciste? ¿Y ese disfraz? Todavía no empieza el carnaval.

La querida de los viernes explica: ¡Rediez! Vila no me llevó a España, y llora de nuevo.

Que su salario de 141 mil pesos mensuales no le alcanzaba para pagar mi pasaje, hotel, mi tinto de verano, mi cocido madrileño, mis torrijas madrileñas, y mis Ducados. Y yo, mientras, soñaba con Vila en la tierra de Cervantes y de Quevedo.

Soñaba con dormir una siesta, junto a la Puerta del Sol, con mi vestido de maja desnuda. Ir al Museo Reina Sofía a admirar el Guernica de Picasso, que no pudo destruir Lorenzo Falcó en la novela Sabotaje del académico Arturo Pérez-Reverte.

Soñaba con visitar a Las meninas o La familia de Felipe IV, de Diego Velázquez, no a la del actual Felipe VI, menos a su reina Letizia, no olvides que yo soy republicana, de la 4T.

Soñaba con caminar la Gran Vía, desde la calle de Alcalá hasta la plaza de España, comprar algunas chucherías en el corte inglés, beber unas cañas en la Plaza Mayor.

Soñaba con entrar a Toledo e ir a la pequeña iglesia de Santo Tomé donde está “El entierro del conde de Orgaz”, del inmortal Doménico Theotokópoulus, más conocido como El Greco, y por supuesto comprar una que otra artesanía del oro toledano.

Soñaba con arrodillarme y rezarle a la Virgen del Pilar, patrona de Zaragoza, que se le apareció al apóstol Santiago, y pedirle el milagro de resultados y obras del gobernador viajante, por aquello de sus idas y venidas por Cuba, Puerto Rico, Japón, Corea del Sur, y Polonia.

Soñaba con pasear por el Barrio de Santa Cruz en Sevilla, en donde según la leyenda popular, nació un hidalgo, a quien nadie le aventajaba en juego, lid o en amores, que inspiró a José Zorrilla para crear a su personaje Don Juan Tenorio.

Soñaba… Espérate, la calma el erotómano de su vida, tranquila, por eso no te llevó a España, tú ibas a divertirte, a “turistear”, de “chopping”, y quien sabe qué más.

Él, en cambio, no echaría ninguna siesta, ni cañas, tampoco compraría nada, ni visitaría El Jardín de las Delicias o a Saturno devorando a su hijo, por ejemplo.

Él es un hombre serio, ocupado, si acaso tomaría un sandwichito, no en la franquicia que piensas, sino en el Museo del Jamón.

Él iría a la feria, a trabajar, al menos eso dijo el boletín oficial de su oficina gubernamental, masculla y sigue bebiendo su segundo espresso doble del día.

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De nada… Saludos…

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